MANIFIESTO DE LA DIPUTACIÓN DE LA GRANDEZA Y TÍTULOS DEL REINO. Agosto 2020

La Diputación de la Grandeza de España y Títulos del Reino (DGET), ante la campaña de acoso a S. M. el Rey D. Juan Carlos, a la Monarquía Parlamentaria y por ello a la Constitución Española, quiere, en primer lugar, recordar que ha sido el artífice de la instauración de la democracia en España y del rescate de las libertades y de los derechos humanos hasta la instauración de la Constitución de 1978, y protagonista, hasta su abdicación, del reinado más largo y fructífero de los últimos años de la historia de España. Quiere, en segundo lugar, poner de manifiesto el reconocimiento y lealtad más inquebrantable a su figura histórica, que tiene espléndida continuidad en la de S. M. el Rey D.Felipe.

La Diputación de la Grandeza de España y Títulos del Reino quiere también recordar que la Constitución Española de 1978, respaldada mayoritariamente en referéndum por los españoles, consagra la Monarquía Parlamentaria como la forma de Estado del Reino de España.

LA MONARQUÍA PARLAMENTARIA

Artículo publicado en la Tercera de ABC del sábado 19 de enero de 2019.
 
Por Enrique Fernández-Miranda y Lozana.
Duque de Fernández-Miranda

 
Parece que los apologistas de la república como forma de Estado no recuerdan, sin ir más allá del siglo XX, lo que sucedió en España cuando la II República no supo defender a la II República. Cuando no supo apartarse del sectarismo y la barbarie radical de entonces, cuando desde los republicanos de extrema izquierda se permitió y se impulsó que fuese declarada con un golpe de Estado, dejando que en poco tiempo se transformase en una República que se hizo asesina y que estuvo a punto de declararse soviética, porque ya sabemos que los golpes de Estado de las izquierdas son revoluciones y los de las derechas solo golpes de Estado.
 
Tampoco parecen recordar que la guerra civil, consecuencia sin duda alguna de un mecanismo de “acción/reacción”, llenó de muerte, aún más, a España y desembocó en una dictadura franquista de cuarenta años proclamada por los vencedores. Bien es cierto que si los vencedores hubiesen sido los del otro bando, los españoles también habríamos padecido una dictadura, en ese caso soviética, que habría durado más tiempo, como otras tantas en Europa, hasta la caída del muro de Berlín.
 
Cuando en España, durante los años de la dictadura, se fue creando una oposición democrática que desde la izquierda era multicolor, y bastante inútil, y desde el constitucionalismo teórico se concretaba fundamentalmente en torno a la persona de Don Juan de Borbón, es decir de La Corona, es cuando comienza a aparecer la Monarquía como impulsora de nuestra homologación con el resto de las naciones libres del mundo.
 
He aquí una primera utilidad, un primer “para qué sirve la Monarquía parlamentaria” en la España del siglo XX.
 
Más tarde es Don Juan Carlos I, rey de España, el gran motor del paso de la dictadura a la democracia para sumar a España a las naciones libres del mundo.
 
En su intervención en el Congreso de los Estados Unidos el 2 de junio de 1976, en una intervención sin duda histórica, S. M. defiende que quiere para España democracia y libertad, lo que comenzó a dar credibilidad a la transición política que en España se preparaba y que aún no se había consumado, que ni si quiera se había iniciado.
 
Para eso también sirve la “Monarquía parlamentaria”, para representarnos como nación ante el resto del mundo, para dotarnos de credibilidad y prestigio y, entonces, para romper nuestro aislamiento de cuarenta años de dictadura.
 
Más tarde, y en bien poco tiempo, comienza Don Juan Carlos, rey de España, con los ceses de los políticos franquistas y con los nombramientos de los políticos de su confianza, a remover las instituciones más importantes del Estado franquista y consigue que se apruebe la Ley para la Reforma Política que hizo posible la Transición de la dictadura a la democracia, de la ley a la ley, para sorpresa y admiración de propios y ajenos.
 
Para eso también sirve la “Monarquía parlamentaria”.
 
Y en 1977 se producen las primeras elecciones generales democráticas, libres y limpias, y se forman las Cortes constituyentes, y se aprueba la Constitución Española que se ratifica por los españoles en referendum con mayoría aplastante, y se publica en 1978, ha hecho 40 años.
 
Para eso también sirve la “Monarquía parlamentaria”, para tener Constitución en la que como forma de Estado aparece en su art.1.3, que sí se votó, que sí se aceptó por el 87% de los votantes como forma de Estado. Por eso la “Monarquía parlamentaria “sí está votada, sí está aceptada democráticamente en las urnas, aunque desde el efebismo revisionista de última hora se diga que no.
 
Celebramos en estos días los cuarenta años de aquellos hechos, de aquella realidad que, demandada por el pueblo español de todas y cada una de sus regiones, se convirtió en la feliz realidad de hoy.
 
Vivimos el periodo más largo de la historia de España de democracia y libertad, plenamente integrados en el mundo libre, en la Unión Europa, en la comunidad de naciones, y para eso también sirve la “Monarquía parlamentaria”.
 
Mirando hacia fuera, buscando naciones que sean ejemplo para todos como Reino Unido, Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, o, más lejos de nosotros, Japón, nos encontramos que todas ellas son “Monarquías parlamentarias” que preservan en sus naciones la democracia, la libertad y el progreso desde hace muchos años.
 
El Reino de España se sumó así a ese grupo de naciones, y Don Juan Carlos y Don Felipe, siendo además encarnación viva de la historia de España desde el siglo XV, son el mejor ejemplo de éxito en representación de todos los españoles dentro y fuera de nuestras fronteras, y factor de equilibrio institucional de la nación más antigua de Europa, del Reino de España.
 
Para esto también sirve la “Monarquía parlamentaria”.
 
La intervención de Don Juan Carlos el 23-F y la de Don Felipe el 3-O, parando sendos intentos de golpe de Estado, vienen a demostrar, además, que fuera de los intereses supremacistas de algunos, sus intervenciones activaron al Estado y nos defendimos con la Ley de los golpistas que nos atacaban.
 
Para eso también sirve la “Monarquía parlamentaria”, para parar golpes de Estado.
 
Y ya en nuestros días, y con la figura de Don Felipe VI, la “Monarquía parlamentaria” también sirve para tener un régimen de libertad tan radical como para que los revisionistas de última hora puedan cometer todo tipo de desconsideraciones institucionales, insultar o escribir auténticas ordinarieces dirigidas a la persona de S. M., a la persona de nuestro Jefe del Estado.
 
Para todo esto sirve y ha servido la “Monarquía parlamentaria” en España en los últimos cuarenta años como la forma más equilibrada, profesionalizada y ecuánime de representar a todos los ciudadanos españoles, habiendo sido muy oportuno el recuerdo que de ello hizo la Princesa de Asturias, de Girona y de Viana, heredera del trono del Reino de España, en su primera intervención pública dando lectura al art.1.3 de la Constitución Española.

 

LO QUE ESTÁ POR LLEGAR

La actualidad manda y la atención de los analistas políticos se focaliza sobre los posibles pactos para formar gobierno, la convocatoria o no de nuevas elecciones y los posibles resultados de éstas. Sin embargo, en mi opinión, estos temas carecen de la más mínima relevancia desde el momento en que el Ministro de Hacienda dio la cifra de déficit de España en 2015.

Poco importa si se convocan o no nuevas elecciones, los resultados que deparen o si hay una coalición de uno u otro signo, la nueva centralidad de la política española viene ya dada por la manera en la que el próximo Gobierno va a cumplir con los compromisos fiscales adquiridos con la UE. Por tanto, la cuestión no es si se forma Gobierno o no, tampoco su signo ideológico, sino lo que el próximo Gobierno deberá hacer si o si.

La realidad es tozuda y los datos para echarse a temblar, recordemos que España para 2016 tiene comprometido con Bruselas cerrar el año (este año) con un déficit público del 2,8% que con las cifras actuales del 2015 (el 5%) supone que el Gobierno entrante deberá ajustar, ahorrar, eliminar, recortar o como prefieran ustedes llamarlo 22.000M de euros en los 8 meses que quedan de año. Para que nos hagamos una idea de las dimensiones del asunto baste recordar que los recortes en Sanidad y Educación entre 2012 y 2014 supusieron la mitad de esa cifra.

Obviamente, España incumplirá el objetivo de déficit en 2016 inmersa en un caos político sin precedentes originado por un gobierno fallido, una oposición que utilizan el Parlamento como herramienta de propaganda populista y desgaste al gobierno en funciones, unas Comunidades Autónomas en rebeldía que se niegan a parar la sangría del déficit y un Gobierno de Cataluña en pleno proceso de secesión por la vía de los hechos consumados.

Ante esta crítica situación es inevitable volver la vista a los partidos políticos para ver qué propuestas plantean pero por lo visto, leído y escuchado mucho me temo que solo manejan soluciones irreales fruto de intereses espurios, cuando no de pensamientos mágicos del tenor; pedir a Bruselas una moratoria en el cumplimiento del déficit, luchar contra el fraude fiscal, subir los impuestos a los ricos, cuando no ensoñaciones populistas como no pagar la deuda, salirse de la UE o instaurar un régimen colectivista.

Para nuestra desgracia todas ellas son medidas irreales, insuficientes o ambas cosas a la vez y denotan una falta absoluta de compromiso con las políticas que precisa España para superar la actual situación más preocupados todos del tactismo y lo políticamente correcto para alcanzar el poder. No se aborda la falta de una economía verdaderamente libre y competitiva, ni la ausencia de separación de poderes y la evidencia de que España no puede ni debe mantener un Estado elefantiásico, burocrático e ineficiente, que incluye 17 Comunidades Autónomas, 41 Diputaciones y más de 8.000 Ayuntamientos.

Ante tamaño disparate no son de extrañar los sentimientos de melancolía que dejamos entrever los españoles en el último CIS al preguntarnos por la situación política y el futuro inmediato; el 80% considera que la situación política es mala o muy mala, el 46% cree que la situación política es peor que hace un año y ocho de cada diez creen que no mejorará dentro de un año, todo un baño de realidad el que nos estamos dando los españoles.

Y mientras esto es así, los partidos se empeñan en quitar hierro al asunto del déficit a través de un argumentario que insiste en pedir moratorias o en trasladar que no habrá más recortes porque es hora de “recuperar derechos” (eslogan populista que denota el nivel de nuestros políticos).

Pero se equivocan, se equivocan los partidos si creen que esto va a ser así y se equivocan todos aquellos que decidan creerles. Que nadie piense que todo va a seguir igual o que las soluciones mágicas van a sacarnos del atolladero. Vamos a cumplir el déficit y a devolver hasta el último euro que nos han prestado. Bruselas queda a la espera de la formación de Gobierno en España para ponerle deberes ¡y vaya si nos los van a poner! que nadie piense que en la UE todo esto ha pasado desapercibido. Dudo mucho que el resto de europeos estén dispuestos a seguir financiando por más tiempo la incapacidad y el populismo de nuestros políticos.

Así que en la próxima legislatura el objetivo de cualquier gobierno, insisto en esto; cualquiera y sea del signo que sea, será el que nos marquen desde Bruselas, que no es otro que el compromiso de déficit 0% en 2020. Lo que, nos guste o no, pasa por dos realidades; recortes y subida de impuestos. El cómo lograrlo tampoco parece muy difícil adivinar, miren lo que ha ocurrido en Grecia y Portugal, creo que no será muy diferente de lo que está por llegar hasta que sepamos cumplir con nuestras obligaciones.

Jaime de Berenguer
Conde de Cifuentes
Profesor de la UAM especialista en Psicología Política y ex Concejal de Ayuntamiento de Madrid.
Este artículo fue publicado en electocracia en abril de 2016

NUMANCIA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

 

Vivimos tiempos convulsos y sin referentes claros. La sociedad de las tecnologías, del conocimiento y de la información han hecho progresar la humanidad de forma encomiable, pero sin embargo estamos perdiendo nuestras raíces, nuestra identidad como pueblo, en definitiva el alma sobre la cual hemos de construir un sólido presente y un futuro seguro.

Tanto a nivel global como local, es urgente recuperar valores y principios sólidos, para construir y devolver la confianza a la sociedad. Buscar en lo mejor de nosotros mismos, y reivindicar la mejor herencia cultural, para armar un sólido edificio de progreso, un desarrollo sostenible e inteligente, y un amejoramiento de la democracia en bien del conjunto de la sociedad.

Casi 2150 años desde su destrucción, Numancia representa hoy los valores más actuales de la libertad , el sacrificio y el honor de un pueblo, que en este caso, quiso morir para defenderlos. Representa, la historia más remota de España, y un símbolo mítico y legendario de la historia universal.

Autores clásicos y modernos, como Diodoro, Strabon, Plutarco, Tiberio Graco, Apiano, Polibio, Cicerón, Horacio, Ovidio, Seneca, Juvenal, Ptolomeo, el anónimo de Ravena, Antonio de Nebrija, Ambrosio de Morales, Mosquera de Barnuevo, Miguel de Cervantes, José Martínez Ruiz Azorín, Johann Wolfang von Goethe, Antonio Machado, Gustavo Adolfo Becker, Gerardo Diego, han cantado el valor, la resistencia y la defensa de la libertad de un pueblo que quiso antes el sacrificio que la rendición y fue la misma Roma quien acrisoló y reconoció estos valores para la eternidad.

La gesta numantina, permitió así mismo fijar el nuevo calendario de enero a diciembre, pues el General Escisión, solicitó excepcionalmente al Senado adelantarlo de Marzo a Enero , por cuestiones estratégicas; lo que el Senado finalmente fijo en reconocimiento a lo acontecido, pues marcaba la definitiva consolidación de los dominios de Roma en la Península Ibérica y por tanto en su extremo atlántico .

Llevamos once años defendiendo Numancia y solicitando a los distintos gobiernos de la Nación que Numancia sea Patrimonio de la humanidad de UNESCO , con el aval de Academias , universidades y expertos españoles y de medio mundo, y más de doce mil firmas que lo demandan, sumando en estos momentos muchas más. En este último año y medio de continuos trabajos, la Junta de Castilla y León a través de su dirección de patrimonio,
ha dado su respaldo y apoyo para que esta iniciativa se lleve a cabo y el Gobierno a través del Ministerio  de Cultura también lo considera así, por lo que seguimos trabajando para la formalización de lo anterior, así como para la elaboración del pertinente expediente.

Numancia es el alma de España, y es un clamor general reencontrar lo mejor de nosotros mismos, lo más arraigado de nuestra cultura y de nuestra historia, para extraer los enormes beneficios que ello representa en una sociedad moderna y con ilusión de ganar su futuro.

Como nos dijera el Parlamento Europeo, en un momento de nuestra larga andadura, para defenderla, Numancia es uno de los símbolos más importantes de la historia y cultura común europea, y es además símbolo pionero, del principio de la libertad, como precedente que devino en la Europa de los valores y de la democracia, acrisolados desde la antigua Grecia, Roma y el Cristianismo, y cuyos fundamentos son las raíces culturales de nuestra existencia en Europa y la mejor guía para orientar el camino seguro de las siguientes generaciones.

 

Amalio de Marichalar
Conde de Ripalda
Presidente del Foro Soria 21 para el Desarrollo Sostenible

Madrid, 15 de octubre de 2015

Desarrollo sostenible

París 2015, una oportunidad en bien de la humanidad
Hace ya más de treinta años en la cumbre de desarrollo humano de un Estocolmo 72, se pusieron las bases para entender lo que hoy conocemos como desarrollo sostenible.

Un largo camino hasta nuestros días, donde el mundo ha evolucionado en todos los sectores y donde la humanidad ha dado indudables pasos de progreso, y donde la sociedad del conocimiento, las tecnologías y la información, han abierto un nuevo modo de entender nuestras relaciones con muchas más oportunidades, pero también, creando nuevas brechas globales y locales, con la responsabilidad de todos para hacer que este siglo sea el que logre equilibrar las diferencias y debilidades existentes.

Paz y seguridad, derechos humanos y desarrollo sostenible son el trípode para reforzar la democracia del siglo 21, y consolidar un nuevo paradigma de desarrollo para preparar el presente y solidificar el futuro de las siguientes generaciones.

No hay tiempo que perder pues las amenazas y problemas también suceden con nueva velocidad, y cuestiones como la energía , el agua, el cambio climático, la sanidad, la desertificación, los océanos, la biodiversidad, la nutrición, la infancia, los movimientos migratorios, la pobreza, son solo algunos de los asuntos estratégicos que deben tratarse en bien de las necesidades globales y locales de nuestra sociedad.

La reciente 70 Asamblea de Naciones Unidas ha girado en torno a la aprobación de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, hasta el 2030, considerados estos ya trascendentales para el necesario equilibrio y desarrollo inteligente de la humanidad.

La Cumbre de Cambio Climático de París, en Diciembre, va a ser una prueba esencial de hasta donde los compromisos de los gobiernos, instituciones y de la sociedad civil, están dispuestos a ponerse definitivamente en marcha, pues la tierra necesita muy urgentemente de esa decisión para aminorar los efectos del cambio climático y armonizar soluciones que deben ya pasar por toma de decisiones globales y locales, aceptadas por todos.

Tenemos una sola tierra donde desarrollar toda la actividad de las personas y ante todo debemos respetar su dignidad, poner en marcha un desarrollo sostenible humano, y hacerlo compatible con la respuesta de la naturaleza, sin ponerla en peligro, pues de ello depende nuestra subsistencia y nuestra responsabilidad de legarla a las siguientes generaciones, sin poner en riesgo el mismo derecho del que nosotros disfrutamos.

Vamos a llevar a París los avances que desde hace muchos años venimos haciendo desde Portugal a favor del desarrollo sostenible y su plan de acción, y además de los importantes progresos que en eficiencia , innovación e investigación se están llevando a cabo principalmente por las empresas para la búsqueda de soluciones, que contribuyan a paliar los efectos del cambio climático y sus consecuencias, propondremos avanzar en el compromiso para exigir la voluntad de acuerdo de los máximos responsables, apelando a la cultura, como mejor herencia moral de la sociedad, como pilar principal del desarrollo sostenible, y guía indispensable para entender y transitar seguros en un mundo nuevo.

En este documento proponemos soluciones y apelamos al compromiso, basado en la exigencia responsable de lo mejor que sabemos, desde la experiencia de los siglos, y que debemos aportar a la sociedad para extraer lo mejor de nuestros conocimientos y compromiso firme como personas, para modelar nuestra voluntad hacia el único camino del bien común y de un desarrollo sostenible inteligente, que aporte confianza, como valor indispensable, en bien de la humanidad.
Amalio de Marichalar
Conde de Ripalda
Presidente del Foro Soria 21 para el Desarrollo Sostenible.
Miembro del Consejo de la European Environment Foundation, Freiburg. Alemania.

Madrid, 30 de Octubre de 2015

Noblezas europeas 2015

Las noblezas europeas en el siglo XXI: conexiones, legitimidad y supervivencia

 

Por Miguel de Avendaño y Fisher

 

Contenido

 (1) Introducción

Equivalencia en la diversidad

Las conexiones entre las noblezas europeas

La legitimidad

La supervivencia y sus manifestaciones

(2) Las noblezas actuales y sus órganos regulatorios y representativos

Bélgica

Países Bajos

Reino Unido

Suecia

Finlandia

Dinamarca

Alemania y los países bálticos

Austria

Hungría

La República Checa

Croacia

Polonia

Lituania

Rusia

Francia

Suiza

Malta

Italia

España

Portugal

La nobleza pontificia

(3) El contacto y la comunicación entre las noblezas europeas: la CILANE

(4) Conclusiones

 

(1) Introducción

 Equivalencia en la diversidad

 Las noblezas europeas se han caracterizado a lo largo de la historia por su gran diversidad: las hay numerosas en proporción a la población general, o escasas; con estatutos jurídicos definidos o difusos; con poder político formal o sin él; con privilegios corporativos o individuales, amplios o restringidos.

 En Polonia, Hungría y España las noblezas eran relativamente numerosas, representando a finales del siglo XVIII el 8%, el 5% y el 4% de la población, respectivamente; en Francia la cifra no llegaba al 0,6%. En Inglaterra la nobleza titulada estaba estrictamente regulada pero la calidad de gentleman podía ser ambigua y pasajera –dependiente de diversas circunstancias vitales, como servir en un determinado cargo o no ejercer oficios manuales– en ausencia de armas registradas oficialmente en el College of Arms; mientras, en la Europa continental, la regulación del estatus nobiliario se fue definiendo con mayor precisión y exactitud a lo largo del tiempo. En Suecia e Inglaterra la nobleza podía ejercer un poder directo en sus respectivos parlamentos; en España la nobleza se dejó de convocar como estamento a las Cortes castellanas en el siglo XVI. Las noblezas de Europa Oriental tenían un poder sobre sus vasallos o siervos desconocido en los países occidentales. La enorme gama de privilegios de los nobles, corporativos o individuales, abarcaban desde exenciones fiscales a la administración de justicia, el acceso a cargos públicos, el monopolio sobre ciertas actividades –como la caza, la pesca, la minería o la producción de alcohol–, las inmunidades y los tratamientos honoríficos.

 Asimismo, dentro de un mismo país, los nobles podían diferir enormemente en cuanto a rango, riqueza y poder. Los magnates en Polonia y los Grandes de España compartían su pertenencia al estamento nobiliario con los hidalgos y los miembros menos favorecidos de la szlachta, pero sus vidas cotidianas eran obviamente muy diferentes.

 No obstante, todas las noblezas europeas tenían en común una posición privilegiada, una conciencia compartida de lo que percibían como su papel rector en la sociedad y unas aspiraciones parecidas, por no hablar de experiencias compartidas y la necesidad de afrontar retos semejantes. Esta unidad esencial es evidente al estudiar las relaciones y transferencias entre las diferentes noblezas europeas.

 

Las conexiones entre las noblezas europeas

 Siempre ha habido una evidente permeabilidad entre las noblezas europeas, con la consiguiente reciprocidad en el reconocimiento de su calidad nobiliaria Austria y España han sido receptoras de un gran número de “inmigrantes” de las noblezas italiana, irlandesa, escocesa, francesa y flamenca, mientras que es notable la presencia de familias de origen escocés, inglés y alemán en las noblezas de Suecia y Finlandia y de nobles alemanes y bálticos en la rusa. Como comentó en su día el tratadista Antonio de Orejón y Haro al considerar la posibilidad de que se integraran en la nobleza española individuos procedentes de otros países:

 “En orden a los recibimientos de extrangeros, en otros tiempos se tenía por bastante la suplicatoria que por qualquier Juez se despachaba a los Tribunales de España, en virtud de una sola información de testigos, que declarasen la nobleza del pretendiente, y su familia, y refiriesen los empleos honoríficos, que aquel, y las personas de ésta habían obtenido; pero hoy no basta esto, ni la Chancillería aprecia las providencias que recaen sobre informaciones de testigos, y exige como indispensable en estos recursos la prueba de instrumentos.

“Por tanto el extrangero que intentare gozar las exenciones, y fueros de la hidalguía en España, y obtener la provisión de estado para que se le reciba al de la nobleza de aquel Pueblo en que se establezca, y fixe su domicilio: si es Inglés ha de ocurrir á los Heraldos, o Reyes de Armas: si es Italiano a los Pretores y así los demás a sus respectivos Jueces, o Magistrados Ordinarios…”.[1]

 De la misma manera, en todos los países europeos se ha ejercido la reciprocidad en las pruebas nobiliarias de acuerdo con sus leyes.

 

La legitimidad

 Aunque ha sido un problema recurrente a lo largo de la historia, tras el ocaso del Antiguo Régimen la vanidad y el arribismo, auspiciados por la falta de regulación, han fomentado el fenómeno de la falsa nobleza. Ha habido fantasistas imposibles, reclamaciones improbables y falsificaciones y equívocos plausibles, algunas de estos últimos con éxito más o menos extendido en el tiempo.

 Sin embargo, nunca como en la actualidad han proliferado las pseudo-noblezas y los intentos de confundir e infiltrar las noblezas históricas. Este ha sido precisamente uno de los motivos del surgimiento de asociaciones nobiliarias en los países en los que no existe regulación, como Francia. Ahora bien, las noblezas europeas han tenido la voluntad no solo de contrarrestar las falsificaciones y falsedades sino también de continuar lo que consideran el motivo de su existencia y la fidelidad con su trayectoria.

 Determinadas organizaciones nobiliarias ponen particular empeño en prevenir las apropiaciones indebidas de nombres, títulos y armerías. No obstante, reviste igual gravedad la intromisión de los que intentan pasar por auténtico lo que son únicamente sus deseos de ascensión social y la fundación de “corporaciones” o asociaciones con declarado tinte nobiliario, alguna con un largo recorrido, pero cuyo propósito es confundir lo auténtico con lo escasamente creíble basándose en interesadas interpretaciones parciales o “actualizadas”, por no decir ignorantes, de antiguas legislaciones nobiliarias, creando así una doctrina neo-nobiliaria que no acaba de ser más que una cortina de humo.

 

La supervivencia y sus manifestaciones

 Comenzando a finales del siglo XVIII y durante los siglos XIX y XX se fueron desmontando todos los regímenes estamentales y aboliendo los privilegios nobiliarios. Junto con el resto de la población europea, las noblezas se enfrentaron a acontecimientos traumáticos tanto en el plano nacional como el internacional: revoluciones, guerras civiles, dos guerras mundiales y la imposición de regímenes totalitarios tanto de extrema izquierda como de extrema derecha, hostiles a la tradicional visión que tenía la nobleza de sí misma como “cuerpo intermedio”, cuya independencia mantenía un cierto equilibrio social contra la amenaza de excesos impuestos desde arriba o desde abajo.

 Dentro de la variedad de situaciones en las que se encuentran las noblezas europeas en la actualidad se dan los casos, en un extremo, de Bélgica –una monarquía con una nobleza regulada y en funcionamiento– y, en el otro, de Austria –una república en la que cualquier manifestación nobiliaria está prohibida–. Entre estas dos realidades se dan multitud de casos: Finlandia, una república con una nobleza reconocida como corporación pero cuyas filas se cerraron en 1917; Suecia, una monarquía donde la nobleza se “privatizó” corporativamente en 2003; España, donde sólo la nobleza titulada se regula desde el Estado, pero donde siguen existiendo corporaciones nobiliarias históricas; o Rusia, donde la nobleza sobrevivió en el exilio y donde el interés por ella vuelve ahora a resurgir en la patria post-soviética.

 En definitiva, las noblezas europeas han logrado mantenerse, bien que en situaciones muy diversas, algunas con una fuerte identidad corporativa y otras de forma más fragmentaria, mermadas por la falta de organización, el desinterés o la ignorancia de muchos de sus miembros, y casi todas sujetas al desgaste permanente de la extinción de líneas familiares. Pero lo verdaderamente importante es recalcar la capacidad de supervivencia de las noblezas europeas y el hecho de que siguen vigentes en el siglo XXI.

 

(2) Las noblezas actuales y sus órganos regulatorios y representativos

 Dada la diversidad de situaciones en las que subsisten las diferentes noblezas europeas en la actualidad, es necesario considerar cada país de forma individual y especificar sus organismos regulatorios y representativos.

 

Bélgica

 La nobleza belga se caracteriza por la diversidad de sus orígenes. Los antiguos Países Bajos borgoñones –después españoles y austriacos– y diversas jurisdicciones del Sacro Imperio se anexionaron en 1795 a Francia. Más tarde, en 1814, se incorporaron al Reino Unido de los Países Bajos y, por fin, en 1831 se independizaron como el Reino de Bélgica.

 En 1795 se aplicó el decreto revolucionario francés del 19 de junio de 1790 que abolía la nobleza y los títulos existentes en ese momento. Establecida la unión con los Países Bajos, la Ley Fundamental del 24 de agosto de 1815 confirió al soberano la facultad de otorgar nuevas concesiones de nobleza, mientras que la existente antes de 1795 sólo sería reconocida bajo su expreso consentimiento. Tras la definitiva creación del Reino de Bélgica, se reconocieron las concesiones de nobleza del régimen anterior, se estableció el poder del Rey de conceder nobleza y títulos y se posibilitó la incorporación de la antigua nobleza a la del nuevo Reino.

 Dadas estas circunstancias, aunque la transmisión de la nobleza es por línea de varón, hay gran variedad de formas de sucesión de los títulos: por primogenitura, a todos los hijos, varones y hembras, y únicamente a los hijos varones, según el caso. Ha sido habitual en las nuevas concesiones de nobleza otorgar una baronía vitalicia al concesionario, siendo sus descendientes por línea agnada nobles no titulados. La nobleza comprende los títulos de príncipe, duque, marqués, conde, vizconde, barón y chevalier. Los nobles no titulados tienen derecho al tratamiento de écuyer / jonkheer.

 El organismo regulador de la nobleza belga es el Conseil de la Noblesse / Raad van Adel,[2] dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que adoptó este nombre en 1996 en sustitución del de Conseil Héraldique de Belgique, con el que fue creado en 1844.

 Desde 1996 los extranjeros nacionalizados en Bélgica pueden solicitar que se les reconozca la nobleza de sus países de origen.

 Association de la Noblesse du Royaume de Belgique (ANRB) / Vereniging van de Adel van het Koninkrijk Belgie (VAKB)

El organismo regulador de la nobleza belga es el Conseil de Noblesse / Raad van Adel, pero como órgano representativo cuenta con la Association de la Noblesse du Royaume de Belgique (ANRB) / Vereniging van de Adel van het Koninkrijk Belgie (VAKB), fundada en 1936 bajo el patrocinio del Rey Leopoldo III y que actualmente cuenta con 13.700 miembros.

  Propiedad de la ANRB.

 La ANRB publica el État présent de la noblesse du royaume de Belgique (sucesor del Annuaire de la noblesse belge, publicado a lo largo del siglo XIX y parte del XX), a un ritmo de dos volúmenes por año. Desde 1960 se han publicado 84 volúmenes y está en curso de publicación la 4ª serie, que comprenderá de 28 a 30 volúmenes adicionales.

  La asociación fue uno de los organismos fundadores de CILANE en 1959.

 

Presidente: Baron Bernard Snoy
Secretaría: Ave. Franklin Roosevelt 25,1050 Bruxelles,Bélgica
Página web: http://www.anrb-vakb.be
e-mail: anrbvakb@belgacom.net

 

Los Países Bajos

 La transformación de las Provincias Unidas, tras los años de injerencia francesa de 1795 a 1813, en el Reino de los Países Bajos condujo a la regularización de la nobleza del nuevo Estado. Se incluyeron en ella no sólo las antiguas familias nobles de las diferentes provincias sino también las de los patriciados que regían las ciudades antes de la revolución de 1795. A estas se añadieron con el tiempo las familias nuevamente ennoblecidas por la monarquía.

 A pesar del reconocimiento oficial de la calidad nobiliaria en el nuevo reino y de su regulación por un organismo oficial, el Hoge Raad van Adel, la pérdida de influencia de la nobleza y el auge de la burguesía llevaron a finales del siglo XIX a un renovado interés por reagruparla y dotarla de una estructura corporativa. El resultado fue la fundación en 1899 de la Asociación de la Nobleza Neerlandesa (Nederlandse Adelsvereniging) con el objeto de unirse para defender su identidad y mostrar que sus principios seguían vigentes, además de servir de conducto para ayudar a los miembros más necesitados del estamento.

 Sede del Consejo de la Nobleza de los Países Bajos.

 Den Hoge Raad van Adel

La regulación de la nobleza en los Países Bajos compete a un organismo oficial, el Hoge Raad van Adel (Alto Consejo de la Nobleza), constituido por Real Decreto en 1814. Los títulos nobiliarios (normalmente conde y barón) se utilizan legalmente, empleando los nobles no titulados los honoríficos Jonkheer o Jonkvrouw. La nobleza se rige en la actualidad por la Wet op de adeldom de 1994, que además ha limitado los futuros ennoblecimientos a miembros de la Familia Real.

 Nederlandse Adelsvereniging (NAV)

Fundada en 1899, la Asociación de la Nobleza Neerlandesa ha contado siempre con vínculos muy cercanos a la Casa Real de Oranje-Nassau. Entre sus fines se incluye el apoyo a los miembros más desfavorecidos de la nobleza.

 La NAV se adhirió a la CILANE en 1996.

 

Presidente: Jonkheer J. Pieter de Savornin Lohman
Secretaría: Nine (HMAF) van Gent, Barones van der FeltzRijksweg 131411 GD Naakden

Países Bajos

Página web: https://www.adelsvereniging.nl
e-mail: secretariaat@adelsvereniging.nl
Hoge Raad van Adel http://www.hogeraadvanadel.nl/index.php

 

Desde 1903 se ha venido publicando con regularidad el Nederland’s Adelsboek, con genealogías actualizadas de todas las familias de la nobleza neerlandesa.

 Otras dos instituciones nobiliarias de fuerte implantación en los Países Bajos son la Orden de San Juan (protestante) y la Orden de Malta (católica), teniendo la primera unas cinco veces el número de miembros que la segunda, aunque entre ambas representan un 10% de la nobleza neerlandesa.

 

El Reino Unido e Irlanda

 La nobleza del Reino Unido comprende la titulada (comúnmente denominada peerage) y la no titulada (gentry).

 En la nobleza titulada se incluyen los duques, marqueses, condes, vizcondes y barones. La sucesión viene determinada por el decreto de creación, siendo generalmente por primogenitura y varonía, y limitada a los descendientes del primer concesionario. Los títulos extinguidos revierten a la Corona. Hay un pequeño número de baronías antiguas, otorgadas por convocatoria al Parlamento, a las que se puede suceder por línea de hembra en ausencia de varón. Sin embargo, al ser las hijas consideradas coherederas por igual, se sucede al quedar una única heredera o por decisión de la Corona.

 Los títulos pueden ser de Inglaterra o Escocia (hasta 1707), Gran Bretaña (de 1707 hasta 1800), Irlanda (hasta 1899) o el Reino Unido (desde 1801), según el lugar o época de concesión. Desde 1958 se han creado numerosos baronías vitalicias.

 El College of Arms.

 La nobleza no titulada viene determinada por el derecho legal a portar armas heráldicas, regulado por el College of Arms, organismo dependiente de la Casa Real y bajo la autoridad del Duque de Norfolk, Mariscal de Inglaterra. Escocia tiene su propia autoridad oficial nobiliaria y heráldica, dirigida por el Lord Lyon King of Arms. La autoridad heráldica irlandesa subsistió hasta 1943, año en el que el cargo de Ulster King of Arms se unió al inglés Norroy.

 El título hereditario de baronet se creó en 1611 y se transmite por varonía y primogenitura.

 Es importante destacar que los señoríos ingleses y las baronías feudales escocesas no son títulos nobiliarios, sino títulos de propiedad.

 Commission and Association for Armigerous Families of Great Britain (AFGB)

La AFGB se creó bajo el auspicio del Duque de Norfolk, Mariscal de Inglaterra. Pertenece a la CILANE desde 1997 y reconoce la nobleza de todos aquellos con armas registradas en el College of Arms de Londres, el Lyon Office de Edimburgo y el Ulster Office de Dublín (hasta 1943).

 

Presidente: The Duke of Norfolk
Secretaría: Sir Henry Bedingfeld, Bt, Norroy and Ulster King of Arms,The College of Arms,Queen Victoria Street.

London EC4V 4BT.

Reino Unido

Página web: http://www.college-of-arms.gov.uk

 

Suecia

 La nobleza sueca tiene su origen en la exención de impuestos concedida a determinadas familias a cambio de proveer caballeros armados al Rey. Fechas clave en su historia son 1561, año en el que el Rey Eric XIV otorgó por primera vez los títulos de conde y barón, y 1626, cuando Gustavo II Adolfo decretó la creación de la Casa de la Nobleza (Riddarhuset), órgano rector del estamento nobiliario y primera cámara del parlamento sueco (cuyas otras tres cámaras representaban al clero, la burguesía y los campesinos).

 A los títulos de conde y barón, así como a la nobleza no titulada, suceden todos los hijos legítimos, varones y hembras, pero con transmisión por varonía únicamente. La excepción son las familias ennoblecidas tras la reforma de 1809, en que la calidad es ostentada únicamente por el jefe de la familia. A pesar de que el Rey de Suecia conservó la facultad de conceder nobleza hasta 1975, el último ennoblecimiento fue el del explorador Sven Hedin en 1902. En la actualidad, la nobleza sueca comprende unas 600 familias y unas 26.000 personas, todas inscritas en la Casa de la Nobleza.

 Riddarhuset

Desde su fundación en 1626, la Casa de la Nobleza ha sido el órgano rector y regulador de la nobleza sueca. Cuando en 1866 se reformó el parlamento, pasando de cuatro cámaras estamentales a dos cámaras democráticas, la Casa de la Nobleza mantuvo su estatuto legal como órgano representativo de la nobleza, requiriendo cualquier cambio el asentimiento del gobierno. No obstante, en 2003, a iniciativa del Partido Socialdemócrata, el Parlamento sueco abolió la vinculación estatal con la nobleza, aunque respetando su personalidad jurídica.

 Todos los miembros de la nobleza varones mayores de 18 años pagan una “capitación” anual para el sostenimiento de la institución. El edificio en sí es uno de los palacios más representativos del barroco nórdico, obra del arquitecto Simon de la Vallée y de su hijo Jean.

 La Casa de la Nobleza de Suecia.

 La asamblea de la nobleza (adelsmötet) se reúne cada tres años, votando un representante designado por cada familia. Dicha asamblea nombra una junta directiva cuyo cometido, entre otros, es gestionar los más de 300 fondos que distribuyen anualmente unos 5 millones de euros en becas y pensiones a miembros de la nobleza. El departamento genealógico mantiene al día los registros de la nobleza, incluyendo las ramas de la emigración, principalmente en EEUU, el Reino Unido, Australia y Argentina. El anuario de la nobleza –Sveriges Ridderskap och Adels Kalender– se publica cada tres años y presenta en casi 1.000 páginas las genealogías y datos personales de todos los miembros de la nobleza.

 Se publica, asimismo, una revista anual –Arte et Marte– con artículos de interés para la nobleza e información sobre las diferentes familias que la componen.

 A fin de contribuir a su mantenimiento, puesto que no recibe ninguna subvención estatal, la Casa de la Nobleza se alquila para bodas, cenas, conciertos y otros acontecimientos. Adicionalmente, la nobleza posee corporativamente unas 12.000 hectáreas de bosque y propiedades agrícolas, que se explotan comercialmente.

 La Casa de la Nobleza sueca forma parte de la CILANE desde 1990.

 La sala principal de la Casa de la Nobleza de Suecia, con las armerías de todas las familias inscritas.

 

Presidente: Greve Gustaf Wachtmeister
Secretaría: Riddarhustorget 10,Box 2022,103 11 Stockholm,

Suecia

Página web: http://www.riddarhuset.se
e-mail: kansli@riddarhuset.se

 

Finlandia

 Finlandia fue parte del Reino de Suecia hasta 1809, en que pasó a ser un Gran Ducado autónomo del Imperio Ruso. Hasta esa fecha la nobleza finlandesa no se diferenciaba en nada de la sueca, estando integrada en la Casa de la Nobleza de Estocolmo. Muchas familias nobles tienen en la actualidad ramas suecas y finlandesas.

 Tras su incorporación al Imperio Ruso en 1809, Finlandia mantuvo la legislación sueca y la nobleza su estatus ancestral, reorganizándose en 1818 en una nueva Casa de la Nobleza con sede en Helsinki. Dicha institución siguió rigiéndose por el antiguo reglamento de la nobleza sueca como primera cámara del parlamento finlandés hasta las reformas políticas de 1906. El último ennoblecimiento se produjo en 1912.

 Finlandia logró independizarse en 1917 durante el caos provocado por la Revolución Rusa, dirigiendo el ejército blanco durante la posterior guerra civil el Barón Carl Gustaf Mannerheim, quien más tarde sería Regente y Presidente de la República.

 La nobleza comprende los títulos de Conde y Barón y nobles no titulados (se reconoció un solo título de Príncipe a una familia rusa ya extinguida). La calidad se transmite por varonía. Las hijas de condes y barones pasan a ser condesas y baronesas (sin poder transmitir dichos títulos) sólo si casan con otros miembros de la nobleza.

 Finlands Riddarhus / Suomi Ritarihuone

La Casa de la Nobleza de Finlandia es el órgano rector y representativo del conjunto de la nobleza finlandesa, formada por unas 150 familias y más de 5.000 personas.

 A pesar de ser una república, la Casa de la Nobleza está reconocida por el Estado mediante la Riddarhusordnung för Finlands Ridderskap och Adel / Ritarihuonejärjestys Suomen Ritaristolle ja Aatelille de 22 de noviembre de 1918.

 La Casa de la Nobleza de Finlandia.

 Al igual que su contraparte sueca, la nobleza finlandesa se reúne cada tres años para elegir una junta directiva encargada de velar por la institución y administrar las numerosas fundaciones y legados que se destinan a becas y pensiones para miembros de la nobleza.

 Sala de Juntas de la Casa de la Nobleza, donde se exhiben las armerías de todas las familias que integran la nobleza finlandesa.

 La Casa de la Nobleza posee un muy extenso archivo y su departamento genealógico ha tenido un interés especial en localizar miembros de familias nobles finlandesas desaparecidos durante la Revolución y Guerra Civil Rusa y con descendencia en la Unión Soviética y actual Federación Rusa. Cada tres años se publica el Finlands Ridderskaps och Adels Kalender / Suomen Ritariston ja Aatelin Kalenteri, el directorio oficial de la nobleza finlandesa, con casi 600 páginas de genealogías actualizadas.

 Dada la llegada a Finlandia de familias nobles desplazadas por los acontecimientos violentos del siglo XX, procedentes de las Repúblicas Bálticas, Rusia, Polonia y otros países, se creó en 1925 –bajo el patrocinio de la Casa de la Nobleza– la Asociación de la Nobleza Finlandesa (Finlands Adelsförbundet).

 El órgano juvenil de la nobleza, el Finlands Adelsförbunds Ungdomsklubb (FAUK), se ha mostrado muy activo en promocionar los vínculos con otras noblezas europeas.

 La Casa de la Nobleza de Finlandia forma parte de CILANE desde 1995.

 

Presidente: Gustav Adlercreutz
Secretaría: Riddarhuset,Riddaregatan 1,00170 Helsingfors,

Finlandia

Página web: http://www.riddarhuset.fi
e-mail: kansli@riddarhuset.fi

 

Dinamarca

 Los títulos (duque, conde y barón) y la nobleza no titulada están reconocidos por el Estado aunque ya no se conceden salvo a miembros de la Familia Real. A los títulos suceden generalmente todos los hijos e hijas pero su transmisión se limita a los varones.

 Dansk Adels-Forening (DAF)

Desde 1884 la Asociación de la Nobleza Danesa (DAF) publica cada tres años el anuario de la nobleza danesa (Danmarks Adels Aarbog). También publica tres veces por año la revista Meddelelser, con noticias y artículos referentes a la nobleza.

Su organización juvenil es el Dansk Adelsforenings Ungdomsafdeling (DAU), que también admite a sus actividades a jóvenes de otras noblezas extranjeras residentes en Dinamarca.

 Anuario de la nobleza danesa, 1910.

 La nobleza danesa pertenece a CILANE.

 

Presidente: Kammerherre Baron Henrik Wedell-Wedellsborg
Secretaría: Kammerherre, Baron Henrik Wedell-Wedellsborg,Bruun Hjeile Mogensen,Noerregade 21,

1165 København,

Dinamarca

Página web: http://www.adelsforeningen.dk

 

Alemania y los países bálticos

 La nobleza alemana deriva de la compleja realidad del Sacro Imperio. La facultad de ennoblecer correspondía al Emperador, salvo casos excepcionales, aunque determinados príncipes fueron adquiriendo dicha capacidad a lo largo del tiempo y en 1806 lo ejercieron los soberanos sucesores del Imperio hasta 1918.

 Los títulos y la nobleza no titulada son heredados por hijos e hijas pero transmitidos exclusivamente por varonía.

 Aunque el artículo 109 de la Constitución de 1919 abolió todas las distinciones por nacimiento, los títulos pasaron a ser parte del nombre, manteniéndose esta práctica hasta el día de hoy.

 Vereinigung der Deutschen Adelsverbände (VdDA)

La VdDA es una confederación de 24 organizaciones nobiliarias regionales y, en ciertos casos, confesionales (nobleza católica o protestante). Aunque cada organización regional es independiente y se rige por sus propios estatutos, todas comparten objetivos similares: representar sus intereses corporativos, mantener y promover el contacto personal e institucional entre sus integrantes y con las demás organizaciones nobiliarias alemanas y europeas, promover los valores asociados a la nobleza, fomentar el estudio de la genealogía, ser de utilidad a sus jóvenes, y combatir y denunciar el uso indebido de títulos nobiliarios y la falsa nobleza en general.

 La regulación de la nobleza es competencia del comité legal de la nobleza alemana (Adelsrechtsausschuss). Sus decisiones se reflejan en los catálogos genealógicos publicados de forma periódica y actualizada por la VdDA (Genealogische Handbücher des Adels), que sobrepasan los 150 volúmenes, incluyendo los 18 tomos de Adelslexikon, una relación alfabética con los datos esenciales y referencias bibliográficas de todas las familias de la nobleza.

 La información genealógica pertinente se conserva en el archivo de la nobleza alemana en la Universidad de Marburgo (Deutsches Adelsarchiv), fundado en 1961 y verdadero centro documental para toda la nobleza de habla alemana.

 La VdDA publica un boletín mensual, el Deutsches Adelsblatt, que incluye artículos de interés histórico o de actualidad, noticias familiares (bodas, nacimientos, defunciones) y un calendario con los acontecimientos y actos nacionales o internacionales organizados por o para la juventud.

 Adelslexikon, Band XIII, Schn-Stad, 2002.

 La VdDA fue uno de los organismos fundadores de CILANE en 1959.

 

Presidente: Dr Prinz Alfred von Schönburg-Hartenstein
Secretaría: Claudia Becker,Arndtstraße 18,53113 Bonn

Alemania

Página web: http://www.vdda.org
e-mail: buero@vdda.de

 

Austria

 Los Archiduques de Austria adquirieron el poder de ennoblecer en 1453, ejerciendo tal potestad hasta la caída del Imperio Austro-Húngaro en 1918.

 La nobleza austriaca siempre tuvo un carácter plurinacional, incluyendo no sólo austriacos, húngaros y checos sino también italianos, alemanes, irlandeses, escoceses y españoles.

 La Constitución austriaca prohíbe cualquier tipo de manifestación nobiliaria, incluyendo los títulos y la partícula von.

 

Hungría

 Disputado entre el Imperio Otomano y los Habsburgo durante el siglo XVI, el antiguo Reino de Hungría finalmente pasó al control de éstos últimos en la segunda mitad del siglo XVII, junto con Transilvania y Croacia.

 A finales del siglo XVIII la nobleza húngara representaba casi el 5% de la población del Reino, unos 198.000 varones. De éstos, la mayoría correspondían a Hungría propiamente dicha, con unos 42.000 repartidos entre Transilvania, Eslovenia y Croacia. Aparte de un reducido grupo de magnates, la gran mayoría de los nobles, al igual que en España y Polonia, vivía una variedad de situaciones sociales y económicas, desde los relativamente acomodados hasta la nobleza campesina y los desposeídos e indigentes.

 La nobleza fue abolida en 1947.

 Magyar Történelmi Családok Egyesülete

La Asociación de la Nobleza Húngara forma parte de la CILANE.

 

Presidente: János Comte Nyáry
Secretaría: György von CsornayIrhas Arok 371121 Budapest

Hungría

Página web: http://www.nobilitas.hu

 

La República Checa

 La antigua Corona de Bohemia incluía Bohemia, Moravia, Silesia y otros territorios menores. La Guerra de los Treinta Años tuvo el efecto de disminuir la nobleza menor y consolidar a un número limitado de grandes familias terratenientes católicas leales a los Habsburgo y orientadas hacia Viena.

 La nobleza checa dejó de estar reconocida por el Estado en 1918.

 

Croacia

 Aunque no existe una nobleza croata en sí, el territorio comprendía no sólo las ciudades costeras con patriciados al estilo italiano sino también cierto número de familias prominentes –por ejemplo, los Orssich– reconocidas como nobles por Hungría y posteriormente Austria.

 Hay en la actualidad dos iniciativas nobiliarias en proceso.

 

Polonia

 Polonia contaba hasta el siglo XIX con una de las noblezas más numerosas de Europa, abarcando condiciones extremadamente diversas, desde magnates hasta nobles desclasados, a pesar de los repetidos intentos de reducir su número durante las diferentes particiones del país. Sus amplios privilegios se consolidaron a lo largo de los siglos XIV y XV, conformándose así una verdadera república nobiliaria con monarquía electiva.

 Tanto títulos como nobleza se abolieron en 1921.

 Hay diferentes iniciativas nobiliarias en proceso.

 

Lituania

 En el siglo XV la nobleza lituana se equiparó a la nobleza o szlachta polaca.

 Lituania cuenta con una asociación nobiliaria que ha solicitado el ingreso en la CILANE tras una serie de encuentros y conversaciones.

 

Rusia

 La antigua nobleza rusa de los boyardos sufrió una profunda transformación durante el reinado de Pedro el Grande, que determinó su desarrollo como nobleza de servicio hasta el descalabro de principios del siglo XX.

 En el momento de su abolición por la revolución bolchevique de 1917, se estima que la nobleza rusa comprendía alrededor de 1.900.000 individuos, de los que unos dos tercios eran nobles hereditarios y el resto nobles personales. La nobleza rusa en ese momento abarcaba desde la antigua nobleza descendiente de Rurik hasta los agraciados con los títulos de príncipe, conde o barón y la extensa nobleza no titulada, de servicio, hereditaria o no. Generalmente, suceden todos los hijos, varones y hembras, pero solo transmiten los varones.

 La nobleza exiliada tardó poco en intentar organizarse, constituyéndose en París en 1925 la Unión de la Nobleza Rusa (UNR). Tras la caída de la Unión Soviética se han venido incorporando a la nobleza del exilio los descendientes de los nobles que permanecieron en su patria.

 Union de la Noblesse Russe (UNR)

La UNR está presente desde su creación en diferentes países europeos, con representación en las comunidades rusas del exilio en países como Francia, Bélgica, Finlandia y el Reino Unido y, tras la caída del comunismo, en la propia Rusia.

 Forma parte de CILANE desde su fundación en 1959.

 

Presidente: Monsieur Cyrille Kisselevsky
Secretaría: Monsieur Cyrille Kisselevsky,9 Rue d’Edimbourg,75008 Paris.

Francia

Página web: http://www.noblesse-russie.org

 

Francia

 Mediante la ley de 19 de junio de 1790 la Asamblea Nacional francesa abolió la nobleza y prohibió el uso de cualquier tipo de título, tras diferentes disposiciones que ya habían suprimido el régimen estamental, los privilegios nobiliarios y las pruebas de nobleza. La transformación por Napoleón del consulado vitalicio en imperio en 1804 le llevó también a decretar la creación de nuevos títulos (príncipe, duque, conde, barón y chevalier), permaneciendo proscrita cualquier manifestación de la antigua nobleza. Dichos títulos se consideran distinciones honoríficas, pero no necesariamente de carácter nobiliario.

 Luis XVIII, al producirse la restauración de la monarquía en 1814, decretó que la nobleza del antiguo régimen recuperara su condición –otorgando también nuevas concesiones– mientras que prudentemente decidió que los títulos napoleónicos conservaran la suya. Esta situación se mantuvo tras la Revolución de 1830, que llevó al exilio a Carlos X y al trono a Luis Felipe de Orleáns. Como novedad, se suprimió del Código Penal el delito de usurpación de títulos.

 La Revolución de 1848 volvió a traer la República, cuya Constitución declaró abolida a perpetuidad la nobleza y los títulos, pero el golpe de Estado de 1851 puso fin a esta 2ª República con la instauración del 2º Imperio en la persona de Napoleón III. El nuevo Emperador confirmó los títulos de monarcas anteriores, restableció el delito de usurpación y concedió mercedes nuevas hasta su caída a consecuencia de la guerra con Prusia y la proclamación de la 3ª República en 1870.

 El régimen republicano reconoció el uso de títulos como una extensión del nombre, pero no el estatus nobiliario en sí, aunque no se abolió formalmente la nobleza.

 Association d’Entraide de la Noblesse Française (ANF)

El propósito de la ANF es el de reagrupar las familias fehacientemente nobles, tanto del antiguo régimen, del primer imperio, de la restauración y del 2º imperio. Desde su fundación en 1932 cerca de 13.000 personas –de 2.312 familias– se han afiliado a la asociación. Hoy reúne a más de 6.000 asociados y fue declarada de utilidad pública en 1967. Unas 3.200 familias nobles subsisten todavía en Francia.

 La edición más reciente del anuario de la ANF, con el listado de todos sus miembros se publicó en 2012.

 En 2004 se publicó un Armorial de l’ANF, con las armerías y pruebas de nobleza de las 2.244 familias inscritas de 1933 a 2003.

 El Bulletin Trimestrielle de l’ANF incluye noticias de nacimientos, matrimonios y defunciones. Asimismo, una de sus secciones tiene por objeto informar a los miembros de la ANF de la usurpación de apellidos a fin de que puedan tomar las medidas oportunas en su protección.

 La ANF fue uno de los organismos fundadores de CILANE en 1959, siendo su sede la de la CILANE. Una de las dos reuniones anuales de dicho organismo se celebra siempre en París.

 

Presidente de honor: Conde Anne-François d’Harcourt
Presidente: Noel de Saint Pulgent
Secretaría: Mademoiselle Chantal de Percin,9 Rue du Chevalier de Saint Georges,75008 Paris,

Francia

Página web: http://www.anf.asso.fr
e-mail: secretariat@anf.asso.fr

 

Bulletin Trimestrielle de l’ANF.

 

Suiza

 Suiza no reconoce actualmente ningún tipo de nobleza, pero antes del establecimiento de la actual Confederación Helvética en 1848 existían en los diferentes cantones: (1) familias de la antigua nobleza feudal y caballeresca; (2) familias de los patriciados nobles de cantones como Berna y Ginebra; y (3) familias de nobleza extranjera reconocidas por el consejo soberano de alguno de los cantones.

 Los títulos nobiliarios no pueden usarse en documentos públicos, aunque las partículas “von” y “de” se consideran parte del nombre.

 Association de Familles Suisses (AFS)

La AFS se fundó para reagrupar las diversas “noblezas suizas” y se adhirió a CILANE en 1983.

 

Presidente: Madame Béatrix de Sury d’Aspremont
Secretaría: Madame Béatrix de Sury d’AspremontHollenweg 31,4153 Reinach,

Suiza

 

Malta

 La nobleza maltesa comprende nueve marquesados, 10 condados y 13 baronías. El título más antiguo es el de Barón de Djar il-Bniet, de 1350, y el más moderno el de Marqués de Ghajn Qajjed, concedido por el Gran Maestre Pinto de Fonseca en 1796. La sucesión viene determinada por la carta de creación, generalmente por primogenitura, heredando la hija mayor en caso de faltar descendencia masculina. El hijo o hija que sea inmediato sucesor se titula Baroncino/Baronessina, Contino/Contessina o Marchesino/Marchesina, según el caso. Los descendientes por vía agnada se consideran nobles no titulados.

 Committee of Privileges of the Maltese Nobility

Malta fue cedida por el Emperador Carlos V a la Orden de San Juan de Jerusalén en 1530, tras su expulsión de Rodas por los turcos. Durante su dominio, los Grandes Maestres de la Orden concedieron un pequeño número de títulos nobiliarios a sus súbditos malteses y reconocieron también determinadas mercedes de otros soberanos europeos. La invasión francesa de 1798 puso fin al gobierno de la Orden, decretando las autoridades napoleónicas la abolición de la nobleza y la destrucción tanto de las cartas de concesión como de las armas esculpidas en palacios y otros edificios.

 Los franceses fueron expulsados en 1800 por la acción conjunta de la revuelta de los malteses y del bloqueo naval del Almirante Nelson. El control británico de Malta se confirmó por el Tratado de París de 1814. En 1877, bajo la Reina Victoria, se estableció una Comisión Real para estudiar la situación de los títulos nobiliarios malteses y determinar cuáles debían ser reconocidos oficialmente. Dicha comisión condujo a la constitución bajo el amparo de la Corona británica del Committee of Privileges of the Maltese Nobility en 1882, cuyo cometido, entre otros, sería el de regular las sucesiones.

 Tras la independencia del Reino Unido en 1964, Malta siguió siendo una monarquía bajo Isabel II y el Estado continuó reconociendo la autoridad del Comité en cuestiones nobiliarias. Sin embargo, la proclamación de la república en 1974 llevó a la retirada en 1975 del reconocimiento oficial de los títulos nobiliarios por parte del gobierno, aunque no se prohibió su uso. El Comité sigue en funcionamiento, con carácter privado, y forma parte de CILANE desde 2008.

 

Presidente: Carmel Apap-Bologna Sceberras Inguanez, Baron of Djar-il-Bniet and of Buqana
Secretaría: Agnes Gera de Petri Testaferrata, Marchioness of San Vincenzo Ferreri and Baroness of Culeja,Russel Buildings,Trieq in Naxxar,

Lija,

Malta

Página web: http://www.maltesenobility.com

 

Italia

 Con anterioridad a la época napoleónica Italia comprendía un conglomerado de reinos (Cerdeña y Nápoles), repúblicas (Génova, Venecia y Lucca), ducados (Parma y Módena), un gran ducado (Toscana), un virreinato (Milán) y los Estados Pontificios, cada uno de ellos con sus propios sistemas nobiliarios.

 El complejo panorama nobiliario de las diferentes jurisdicciones italianas se simplificó con la unificación y la creación en 1869 por la monarquía de los Saboya de la Consulta Araldica, cuyo cometido era el de regular la nobleza del Reino. Con la caída de la Monarquía en 1947 la Consulta Araldica se abolió y con ella el reconocimiento de la nobleza.

 Corpo della Nobiltà Italiana (CNI)

El Cuerpo de la Nobleza Italiana (CNI) se creó en 1952 como continuación privada de la Consulta Araldica de la monarquía. Comprende 14 asociaciones regionales y es el órgano representativo de la nobleza italiana en la actualidad, con el reconocimiento de la Familia Real italiana. En 1980 se fusionó con el organismo nobiliario preponderante en el sur de Italia, la Unione della Nobiltà d’Italia, que se había creado en 1951 en los antiguos territorios del Reino de las Dos Sicilias. El CNI cuenta con el reconocimiento no sólo de la Casa Real sino también de la Orden de Malta.

 Italia fue uno de los países fundadores de CILANE en 1959.

 

Presidente: Conde Don Antonello del Balzo, Duca di Presenzano
Secretaría: Baron Massimiliano a Prato de Segonzano,Via Mazzini 22,38017 Mezzolombardo,

Trentino-Alto Adige,

Italia

Página web: http://www.cnicg.net

 

España

 El Censo de Godoy, de 1797, cifraba el estado noble español en unos 480.000 cabezas de familia.

 La nobleza española llegó a su fin como estamento con la Constitución de 1836, promulgada en 1837, que estableció la igualdad de los españoles en cuanto a derechos y obligaciones. A partir de entonces la identidad nobiliaria subsistió únicamente en la nobleza titulada y en las diferentes corporaciones nobiliarias históricas reconocidas por la Corona.

 Aunque la nobleza titulada permanece regulada por el Estado y tiene en la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España su órgano de representación y dirección,[3] la nobleza no titulada languidece en un limbo legal sin regulación alguna a pesar de diferentes intentos de justificar la existencia de una neo-nobleza, producto más de rebuscadas fantasías ideológicas que de fidelidad a las leyes y tradición de la Monarquía española.[4]

 España no está actualmente representada en la CILANE, aunque participan observadores con objeto de mantener una vía de contacto con las corporaciones nobiliarias históricas españolas.

 

Portugal

 Tras un desarrollo medieval similar al de la nobleza castellana, a partir del siglo XVI la nobleza portuguesa registró dos procesos paralelos. Por una parte, se produjo una apertura enorme en la base del estamento, con la configuración de una difusa e imprecisa “nobleza civil” o “política” abierta, compuesta por aquellos que ejercían determinados cargos o que “vivían noblemente” sin ejercer oficios mecánicos. Por otra parte, se delimitó una mucho más restringida nobleza propiamente dicha, con una variedad de categorías, desde diversos tipos de fidalgos hasta poseedores de títulos nobiliarios.

 Aunque la nobleza y los títulos se abolieron con el advenimiento de la República en 1911, se continuaron regulando por los Reyes y el Conselho da Nobreza, fundado en 1946, y posteriormente por su organismo sucesor, el Instituto da Nobreza Portuguesa, establecido en 2004 bajo el patrocinio de Duarte Pio de Bragança.

 Associação da Nobreza Histórica de Portugal (ANHP)

La ANHP entró a formar parte de CILANE en 1985.

 

Presidente: Luis Eduardo de Mendia de Castro, Conde de Nova-Gôa
Secretaría: Madame Isabel SimõesRua do Alecrim 72, R/c D.to1200-018 Lisboa

Portugal

e-mail: associacao.nobreza@mail.telepac.pt

 

La nobleza pontificia

 La nobleza pontificia propiamente dicha comprende la nobleza feudal de los Estados italianos de la Iglesia, el patriciado romano, la nobleza de los dominios pontificios franceses (hasta su reincorporación a Francia en 1790) y la nobleza concedida por los Papas a ciudadanos católicos de diferentes países en su calidad de autoridad suprema de la Iglesia Católica.

 La nobleza concedida por los Papas fue reconocida por el Reino de Italia en los Pactos Lateranenses firmados en 1929. La sucesión en los títulos sigue lo estipulado en los decretos de concesión. La última concesión de un título pontificio fue en 1967.

 Réunion de la Noblesse Pontificale (RNP)

Fundado en 1983 con el fin de agrupar a los poseedores franceses de mercedes nobiliarias pontificias, desde 1995 este organismo da cabida a todos los descendientes agnados de nobles romanos o pontificios, aunque aún posee un carácter marcadamente francés.

 La RNP publica un Annuaire des Membres. Fue admitida a CILANE en 1996.

 

Presidente: Comte Roger Marraud des Grottes
Secretaría: Comte Amaury de Chomereau de Saint André

 

(3) El contacto y la comunicación entre las noblezas europeas: la CILANE

 En 1959 la aspiración de mantener un contacto entre los jóvenes de las noblezas francesa y belga llevó a la constitución de una comisión de información a la que se fueron adhiriendo sucesivamente las diferentes noblezas europeas.

 Commission d’Information et de Liaison des Associations Nobles d’Europe (CILANE)

Contrariamente a lo que piensan algunos, la CILANE no es un organismo regulador supranacional ni una asociación de la nobleza europea. Es sólo un foro o punto de encuentro para que las noblezas europeas tengan la garantía de relacionarse con la nobleza auténtica de cada país, para que puedan intercambiar información acerca de temas de su interés y para que puedan promover los contactos que sean de utilidad a sus miembros.

 

Coordinador: Comte Bernard de Gatellier (Francia)
Suplente: Johan Grotenfelt (Finlandia)
Secretaría: Baronne Vera von Fersen (Finlandia)
Subcomisión de derecho nobiliario: Comte Bernard de Gatellier (Francia)Dr Georg Freiherr von Frölichsthal (Alemania/Austria)Bertrand Maus de Rolley (Bélgica)

Michael Sayer, Esq. (Reino Unido, coordinador de la subcomisión)

Prince Dimitri Schakhovskoy (Rusia)

Erik Tersmeden (Suecia)

Sede: 9, Rue du Chevalier de Saint Georges,75008 Paris,Francia
Intercambios: Béatrix Sury d’Aspremont (Suiza)
Promoción: Jonas von Matérn (Suecia)
Internet: Emmanuel de Kerchove d’Exaerde (Bélgica)Philippe de Séjournet de Rameignies (Bélgica)
Portavoz, jóvenes: Christina Antell (Finlandia)
Secretaría, jóvenes: Raphaëlle Pinon de Quincy (Francia)
Página web: http://www.cilane.eu/
e-mail: secretariat@cilane.eu

 

(4) Conclusiones

 Como se ha podido ver en las páginas precedentes, todas las noblezas europeas han intentado reorganizarse y regularse desde la desaparición de los antiguos regímenes estamentales.

 Deben distinguirse dos funciones fundamentales al respecto: la regulatoria y la representativa. Pueden darse en la misma institución o no y cada país europeo ha encontrado su propio acomodo, según las circunstancias.

 En algunos países, como el Reino Unido, Bélgica y los Países Bajos se han mantenido órganos estatales para la regulación de la nobleza, agrupándose los nobles en asociaciones privadas. Otros países, como Suecia y Finlandia, han mantenido sus antiguas instituciones regulatorias y representativas, pero con competencias limitadas a sus propios intereses y actividades. En donde ha sido oficialmente abolida, la propia nobleza es la que se autoregula, caso de Alemania, Francia, Italia y Portugal.

 Dentro de esta diversidad de respuestas a las circunstancias impuestas por la historia, los organismos –privados o no– suelen ser ampliamente representativos de la nobleza en su conjunto (caso de las Casas de la Nobleza de Suecia y Finlandia, de las asociaciones francesa y belga, y de las uniones nobiliarias de Alemania y los Países Bajos) o de determinados estratos de ella (como el Standing Council of the Baronetage en el Reino Unido) y ejercen un estricto control sobre la fiabilidad de las pruebas nobiliarias, excluyendo elementos intrusos que desvirtúan la identidad de la nobleza y su significado como fenómeno histórico.

 Asimismo, todos los organismos nobiliarios europeos comparten la idea de la necesidad de mantener relaciones entre sí por motivos sociales y culturales, de aprovechar las enormes oportunidades que supone tener una red de contactos paneuropeos de un nivel nada desdeñable, de fomentar el interés por su patrimonio histórico –material o no– y, finalmente, de aprender de las experiencias ajenas ante problemas o situaciones futuras que ya han afrontado otros.

 Ninguna nobleza europea debiera excluirse, por desidia, recelo, ensimismamiento o ignorancia, de las oportunidades y ventajas que ofrecen para sus propios miembros las actuales posibilidades de relacionarse con los organismos y asociaciones correspondientes en el resto de la Unión Europea.



[1] Apuntamiento sobre la hidalguía y colección de fórmulas para todos los recursos de esta naturaleza, Málaga, 1795.

[3] Artículo 11 de sus Estatutos.

[4] Véanse las forzadas e interesadas interpretaciones de Vicente de Cadenas a lo largo de los años y el reciente trabajo patrocinado por sus sucesores: F. Barrios Pintado, J. Alvarado Planas & Y. Gómez Sánchez (2013), La nobleza no titulada en España. Dictamen jurídico, Hidalgos de España, Madrid.